martes, 11 de enero de 2011

la caprichosa bienvenida del rio


cual es la incidencia? a qué lugar llegan los hechos? dónde mueren los payasos? dónde recogen a cucharaditas los monjes sus deseos más posesos?

si es que pude dirimirse entre un águila y un zancudo por qué no hacer lo mismo entre nuestros egos y la obtusa capacidad de golpear de otros?

nada, al final es la nada misma la que nos convence de que el todo que supuestamente la calmará es un farsante marca faisán de exportación
nada, preferiblemente vaciar de toda pregunta el universo y ver las tetas desnudas de la luna ya sin más a quien seducir

contagio

lo increíble puede volverse grato solo si se extienden los lunares de un cuerpo a otros cuerpos
y viceversa

trascender

repetir una vez más las letras secas de una tarjeta, pasaje al infinito

amanecer
 entre paredes húmedas y estrechas
y sentir otra vez que el hastío de vivir no se renueva
….las almas pobres no son empobrecidas….los despojados, los olvidados, los nomeimporta los nomedigas al igual que vos sueñan y al despertar la esperanza se hace añicos al primer baldazo de tierra, al primer colectivo humillante de hollín

caminar en vueltas cíclicas
si me acerco más al punto en que todo vuelve retomaré la mano que me dio el primer empujón?

hilos

en algún cajón se visten las fotos viejas para hacerte volar, cuando no las ves la gente sigue riendo, se quitan los vestidos, orgia familiar

ruidos

una gata golpea y araña
la confundo con un pibe despojado
grito de miedo
la rueda vuelve
el cuerpo a veces es limitado por el cemento
tetitrizado,
la energía en forma de cubos estancados no gira
los colores acercan, los olores doblan los sentidos
hay una multiplicación para los fuegos artificiales,
es que
cuando estallan las estrellas se sacuden fuerte para potenciar sus luces,
                                                          
                                                                                     complicidades

hay una canción que se repite y ahora que su autora se fue de viaje estelar las notas hay que leerlas en el cielo y la música la reproduce el viento en acordes de río
el despojado escucha el silbido de elena, arroja el paquete, se siente confuso, no sabe si volver, correr, girar, llorar,
maría silba más fuerte
el despojado arroja el arma
el niño actúa, hace hecho su derecho concedido por elena, habla, no calcula, no simula, pero el juego acabó y no hay más que hacer
la muerte diaria se une a la muerte única
el cuerpo es el lugar cíclico, el hueso tirado deja caer las lágrimas

dos seres han muerto
y los velamos solitarios, sin palabras

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