y viceversa
tetitrizado,
es que
cuando estallan las estrellas se sacuden fuerte para potenciar sus luces,
complicidades
espacio-espaço para mirar y ser olhado, espiar y ser pirado y piar, piar, piar en canto univisersal... por sobre todas las coixas
EXVOTO
A las chicas de Flores
Las chicas de Flores, tienen los ojos dulces, como las
almendras azucaradas de
moños de seda que les liban las nalgas en un aleteo de
mariposa.
Las chicas de Flores, se pasean tomadas de los brazos,
para transmitirse sus estremecimientos, y si alguien las
mira en las pupilas, aprietan las piernas, de miedo de que el
sexo se les caiga en la vereda.
Al atardecer, todas ellas cuelgan sus pechos sin madurar
del ramaje de hierro de los balcones, para que sus vestidos
se empurpuren al sentirlas desnudas, y de noche, a
remolque de sus mamas —empavesadas como fragatas—
van a pasearse por la plaza, para que los hombres les
eyaculen palabras al oído, y sus pezones fosforescentes se
enciendan y se apaguen como luciérnagas.
Las chicas de Flores, viven en la angustia de que las
nalgas se les pudran, como manzanas que se han dejado
pasar, y el deseo de los hombres las sofoca tanto, que a
veces quisieran desembarazarse de él como de un corsé,
ya que no tienen el coraje de cortarse el cuerpo a pedacitos
y arrojárselo, a todos los que les pasan la vereda.
Buenos Aires, octubre, 1920.
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