pequeño

las muertes de los otros nos mueren un poco
las muertes de los otros nos hacen renacer
a partir de la partida de otra vida

las muertes de los otros son nuestras
las muertes nos sacuden nuestros más aferrados instintos
distintos

las muertes nos mueren y nos nacen
nos hacen

y más tarde nos damos cuenta de que todo lo hicimos nosotros
y la muerte es una brecha que ayudó a ver
que solo somos

sobrevivientes

sintió que su cuerpo no le respondía, no había más diálogo,
sintió que poco a poco el sol, que había secado su cuerpo del agua podrida del estanque le resquebrajaba los circuitos, se sintió lejos de si, en otro espacio, con menos aire, oscuro y lleno de lianas que tapaban su visión

una brisa, un quejido, un agujero en su estómago, un hurto a sus glándulas salivales, un temblor y una campana en la garganta, un murmullo de mucho tiempo, de un tiempo-comienzo, de antes pero no viejo,
pasó una ráfaga
trajo
un tren
un cuadro
música
cabellos
algo volcado
se fué
la sangre verde sobrante salió por sus venas calentando sus brazos,
tibia
no sentía dolor
otra vez
murmullo
quejido
brisa repetida
un otro brazo se aferró a su pierna
dió un vuelco en si mismo
movimiento aire

subió en cuatro patas a su cuerpo
movimiento tierra

un hurto a sus glándulas salivales, un temblor y una campana en la garganta,
murmullo, murmullo, caricia devuelve
glandulas salivales, el cuerpo se mueve
se pro-pone a-presa inter a preta al otro
colchón de lianas en vuelo

movimiento
fuego

http://www.youtube.com/watch?v=gm09eNSWeyk

gente que no

por dónde empezar cuando el punto está al principio? si hay que sacarse las ganas diarias de los deseos que no pueden ser satisfechos entonces ya no queda nada por hacer
la nada no es algo palpable más que en el vacío de los corazones
el vacío de este corazón es una coraza que invento para sentirme más desdichada y esperar que otro corazón se apiade de mis propias incertidumbres, miedos o errores o como quieran llamar a lo voluntario
lo voluntario no son más que raptos concientes de deseos que no pueden ser satisfechos y necesitan consuelo, deseos que no se animan, que no pueden jugarse por miedo a perder la seguridad y el control sobre los pequeños logros
pequeños logros de manejar ciertas cuestiones que sostienen la estructura familiar,
lo conocido, el placebo diario
si la religión es el opio de los pueblos, la auto-represión es el somnífero de los muertos, de los que ya no
sueñan

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gente que si

en mis sueños libres los deseos son más que satisfechos, se superan a si mismos, me sorprenden en excentricidades, derroches, desi-nhi-bición
soy fuerte cuando quiero, soy un huracán enamorado de los cuerpos bellos,
la belleza es sobredosis que repercute en cada parte-ojo de mis poros y las vallas se saltan sin demasiado riesgo y con mucha liviandad,
los otros están abiertos con mil puertas para entrar, penetrar, dibujar,

la calle una esfera infinita, la invitación permanente al goce, la radiación solar da brillos constantes en los deseos encontrados, el código claro, explícito, poético, saludable,

un sonido de lluvia se acerca, me dejo mojar, abro los ojos,
en un trozo de acera, acostada sobre el asfalto, una chica clara, algunas marcas en la cara,
de cabellos largos oscuros y ojos color cambiante, me mira y está todo dicho,
la palabra es objeto de la mirada,
me recuesto a su lado y
se acerca un hombre, regala entradas para un aseo de no sé qué dentro de unos meses,
había intuido que eran para una obra de teatro, me aflijo un poco, no importa mucho,
me dan entradas de más, devuelvo el resto, el hombre me dice que no era necesario,
lo aclara demasiado y sigue repartiendo a otros,
esos otros forman un grupo,
me presento, muchos me dicen que no hacía falta decir mi nombre, que mi intervención es ridícula, que me relaje, que allí las cosas eran más espontáneas,
discuto un poco sobre ese punto, no me llevan el apunte,
noto que entre ellos se conocen, los observo, sus actitudes me aburren, pierdo interés,
vuelvo a mirar a la chica, es delgada y viste algo blanco, una camisa,
solo quiero invitarla a tomar algo y salir de ese lugar,
le pregunto por el evento de las entradas,
es para una inspección sanitaria, un lavaje, no entiendo,
solo quiero invitarla a tomar una cerveza y entrar en su mundo,
me pregunta si alguna vez estuve en ese estadio donde se realizará el evento,
lo imagino pero le digo que no, realmente no me importa,
solo quiero invitarla a mi casa a terminar de desnudarnos,
mira, mira, no dice nada
sé que acepta aunque no haya mencionado la invitación,
acaricio su rostro,
el sueño termina
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